Un artículo el cual nos lleva al mundo literario infantil
donde el niño como bien sabemos es el mayor protagonista. Pasando según análisis
en libros por diferentes modelos de actitud ante la literatura y la sociedad. Por
un lado encontramos al niño ejemplar, seguido según vamos avanzando a la actualidad
por el niño sumiso, travieso, travieso-ejemplar, rebelde hasta llegar al niño autónomo
e independiente.
Tras el análisis de estos libros y actitudes, se ha podido
llegar a la conclusión de que el niño es una figura que la literatura y la
sociedad ha ido manejando según antojo, es decir, comenzando por los padres que
siempre han querido acercar al niño a la figura adulta que ellos querían ser o
no han podido llegar a ser, en donde la sociedad es la mayor influencia en la
literatura infantil, la cual vive en paralelo continua a esta. De ahí que la
sociedad antes era más cerrada y por ello un niño ejemplar, sumiso... y según
hemos ido avanzando encontramos un niño rebelde, autónomo... lo cual no quiere
decir ser mejor o peor simplemente distinto, donde una vez más se nos muestra
que no solo la sociedad es la causante de estos cambios sino también la
literatura que nos ha estado acercando a lo querían ellos que fuese el niño,
como por ejemplo los libros de callejas, Marcelino pan y vino, Antoñita la fantástica...
distintas literaturas infantiles que hacen del niño una repetición o imitación
de lo que leen en estos.
Pero para concluir bien este comentario que mejor que
utilizar la conclusión de la autora
Anabel Saiz Ripoll más exacta y con mayor razón que ninguna, "Nos
movemos en un círculo entre sociedad y literatura, ya que existe la
retroalimentación que no debemos olvidar. Es decir, la literatura refleja la
sociedad del momento y eso es importante, desde luego; pero también actúa como
sistema modelizante; esto es, ofrece modelos, tipos que el niño puede imitar,
con lo cual el sistema social se robustece y se perpetúa. La literatura
infantil, pues, refleja el mundo; pero también lo modela."