En el reino “Felicidad” vivían los reyes más buenos y simpáticos
de todo el reino con sus dos hijos Tomás y Rubén, a muchos kilómetros y kilómetros
de la gran cuidad, junto con los animales que se encontraban en el bosque.
Un alegre día de invierno se produjo el gran acontecimiento,
el cual llevaban meses esperando. El nacimiento de la pequeña Lucía. Tras varios
meses de alegría y festejos por la princesa ocurrió algo inesperado. La madre
de Lucía y de los dos hermanos, falleció inesperadamente en una de las
reuniones programadas por su marido, el rey.
¡Un infarto! ¡Se atragantado con el marisco! ¡La
tensión! Gritaban todos a su alrededor.
Pero lo único que el rey escuchaba eran sus propias lágrimas
que inundaban sus ojos.
Pasaron los días, los meses y los años y Lucía se convirtió
en toda una mujer, alta, pelo rubio, largo, piel morena, ojos verdes, toda una
belleza. Desde entonces, es cuando empezó a darse cuenta de todo lo que estaba
sucediendo a su alrededor, es decir, su familia se estaba desbordando. Sus hermanos
mayores marcharon a otra ciudad a estudiar, mientras que su padre sólo sabía
llorar por su mujer día y noche.
Lucía ya muy preocupada por la salud de su padre, y viendo
que sus hermanos no podían acudir a palacio, decidió que ya era el momento de
que su padre encontrase una buena mujer que le volviera hacer feliz, claro
estaba que sin dejar en el olvido a su difunta esposa y madre de sus tres
hijos. Por lo que le propuso que como él no estaba en condiciones de viajar con
tanta pena encima, ella sería la encargada de escoger a la mujer más merecedora
para él.
Su padre con ciertas dudas y miedo por los peligros que
podía pasar su hija, decidió aceptar por dos razones. La primera porque sabia
que su hija estaba en lo cierto, necesitaba volver a sonreír y este podía ser
un buen motivo, además confiaba plenamente en su hija, era como aquel que dice “su
ojito derecho”. Mientras que la otra razón es porque intuía que podía ser una
gran oportunidad para que su hija conociera otras costumbres, culturas, futuros
maridos... y aprendiera de la vida. Asiqué acepto.
Acepto, pero con una única condición, esperaría la llegada
del invierno y utilizaría un abrigo que el mandara fabricar especialmente para
ella. Con lo cual, así fue.
El invierno volvió a llegar y Lucía se prepara para su nueva
aventura, antes de marchar se despide de su padre y este le da el abrigo que
tanto había costado fabricar, un abrigo con todas las pieles de los animales
que podía existir, el cual bautizo “toda clase de pieles”, era largo con
capucha y mangas muy muy anchas para poder resguardar sus manos del frío.
¿Por qué este abrigo Padre?
Cuando sientas el peligro en el bosque escóndete en el y ningún
animal se acercará a ti.
Asique su hija obedeciendo ordenes atravesó la puerta de
palacio y emprendió su nueva aventura. Iba de casa en casa, de pueblo en
pueblo, palacio en palacio... sin dejar de lado ninguno de las mujeres tanto
ricas como pobres.
Pero un día en el bosque no contó con la ausencia de los hombres
cazadores, con lo cual al esconderse en su abrigo para espantar el peligro,
pues..., no surtía efecto ya que parecía un animal y por mucha gritase no la
hacían caso, no eran ningún animal eran humanos con lo cual el abrigo no tenia ningún
poder. Entonces salió corriendo sin mirar
atrás tropezando con ramas, hojas, plantas..., topando en la puerta de un
palacio. Al llamar en el para pedir ayuda, una mujer bella que se le iluminaban
los ojos a cualquiera con solo mirarla, la acomodó, la dio leche caliente y la
dijo que la llevarían a una de las habitaciones que ya estaban a su disposición.
Ella extraña de todo lo sucedido acepto. A la mañana siguiente esa misma mujer
María, la sirvió el desayuno, la ayudo a limpiarse y la llevo su uniforme, un
vestido blanco y un gorrito blanco, era la nueva curandera de palacio. Ella sin
saber que decir de la confusión que habían tenido y el pánico todavía
sobresaltado, decidió empezar su tarea como pudo, curando a todos los que iban decayendo
en catarros, golpes, o gripes...
Pasado unos meses ya
cansada de fingir, cogió su abrigo se lo puso encima y salió al jardín a tomar
el aire y reflexionar un poco de como salir de allí, en ese mismo lugar, se
encontró con un chico, guapo, apuesto, bueno... un chico el cual se le derritió
la mirada al verle.
El chico asombrado de la belleza que tenía esa curandera, se
hizo el enfermo con un gran catarro y grandes fiebres, Lucía sin saber como
salir de allí pero sin querer a la vez, estuvo cuidando al príncipe día tras día,
le sonreía, le daba de comer a veces, le ayudaba a vestirse, ya que él, no quería
a nadie que no fuese ella en sus cuidados. Le traía todos los días una rosa del
jardín, cada día de un color. Mientras el príncipe Mario, escondía cada una de
las rosas que ella le traía para que así tuviera la obligación de ir a verle
todos los días, por si algún día fallaba el método de solo quiero tus cuidados.
Así estuvieron varios días y Lucía sospechando de tal
amabilidad por su parte y poca mejora decidió armarse de valor y decirle que
debía marchar de palacio pero sin antes darle una ultima cosa, un beso. El príncipe
emocionado lleno de chispas en ese beso, la dijo ya sabia que no era curandera,
pero aun así quiero que sepas que desde que te vi me dejaste prendado en amor.
Desde ese día pasaron un mes uno al lado del otro, en el
palacio, donde Mario le pidió la mano a Lucía, en el jardín donde un día se conocieron.
Lucía emocionada de su compromiso, recogió sus cosas para ir
a ver a su padre, llevándose consigo a su prometido y a María la cual,
consideró interesante para su padre, buena, bella, humilde... poco más podía
pedir para ser la nueva reina.
Al llegar a palacio su padre, emocionado por el compromiso
puso a su disposición todos los detalles correspondientes para que los
invitados estuviesen cómodos, el príncipe feliz y María emocionada al ver que
pasó de ser una sirvienta a ser una invitada de honor enamorada.
Tras varios meses de compromiso Lucia y el príncipe Mario
contrajeron matrimonio al lado de sus respectivas familias y fueron felices por
siempre feliz.
Mientras que el rey al fin y al cabo tiene otra historia
desconocida de amor.
Es un libro consideró que puede empezar a leerse desde
primero de primaria, en donde el amor, la magia y las aventuras están continuas
en este cuento.
HE CAMBIADO
No es cocinera sino curandera
No es hija única, sino con dos hermanos
No la crean tres abrigos sino uno
La hija vela por la salud de su padre
HE MANTENIDO
El abrigo “toda clase de pieles” ya que lo consideré la vez
anterior la esencia de la historia
La chica es bella y rubia
La chica se casa con un príncipe
Vive en un palacio alrededor de un bosque
Debe cambiar su identidad
Mantiene un primer contacto con el príncipe antes de
anticiparse al amor
Considero que es una historia que merece la pena conocer, ya
que demuestra que no todo se consigue fácilmente en la vida y que a veces hay
superar barreras. También, he querido poner un final abierto, en donde los
niños se queden con ganas de crear su propia historia de amor del rey, y con
ganas de saber más sobre esta gran familia creada. Es decir, ansia o entusiasmo
por la lectura.
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