martes, 30 de octubre de 2012

Un cuento para contar


Es un cuento más bien dirigido a un segundo y tercer ciclo de primaria, ya que lo consideró demasiado largo como para introducirlo a niños de más temprana edad y un principio de aprendizaje en primaria.


En el reino Maravilla, vivían los reyes más ricos y jóvenes de todo el reino, apartados de la gran ciudad, junto con los diferentes animales que se encontraban en el bosque, plantas, aldeas... que formaban sus alrededores.

 Un alegre día de primavera se produjo un gran acontecimiento, el cual todos llevaban esperando meses. El nacimiento de la pequeña Lucía. Tras dos meses de alegría, festejos por el nacimiento de la princesa, ocurrió algo que nunca nadie hubiera esperado, una triste perdida, ¡El rey ha muerto de un infarto!, en una de los bailes nocturnos que se daban en honor al padre de esta preciosidad que todos se alegraban por tener entre ellos.

Pasaron los meses, los años y Lucia ya no era esa niña de dos meses, sino toda una mujer, ya era mayor de edad, la encantaba reír, pasear, salir del bosque e irse a la ciudad, conocer gente, era ella muy extrovertida. Mientras, a su madre  la reina Elia, cada vez la costaba más soportar los días sin su marido, pero si algo la seguía manteniendo con vida era la alegría y sonrisa que transmitía su hija.

Lucía se propuso con ganas y ahínco  ayudar a su madre a encontrar nuevo marido, por lo que preparó un festejo en su honor y en la búsqueda por que fuera feliz al lado de otra persona, ya que no podía ver a su madre llorar diariamente, y una reina tan guapa, divertida, sincera, cariñosa y todavía joven, no se podía permitir el lujo de estar sola, porque sabia con seguridad que podía volver a enamorarse y volver a sonreír no solo por su hija.

No era un banquete cualquiera el que su hija estaba preparando, era el gran y encantador banquete al que acudirían todos los hombres del reino, de la cuidad e incluso se atrevió a invitar aquellos hombres solteros de los reino más lejanos.

Pasaron los días y Lucia iba para a un lado, venia para otro, se encargaba de probar la comida adecuada para la gran noche, mandó coser un vestido, el cual fuera el más bonito que jamás nadie hubiese llevado, escribir, escribir y más escribir invitaciones sin cansarse y así durante un mes hasta la llegada del primer día de invierno, siendo el día que ella marcó en el calendario como la noche donde su madre volvería a enamorarse.

-          ¡Madree, madree! Vístete, corre los invitados están por llegar


Elia, la verdad que con pocas ganas de ese banquete hace por sonreír, vestirse y seguir para adelante por Lucía, no por ella, ya que no tenía ningún tipo de interés ni por encontrar otro marido y menos aún pensar que esa noche se enamoraría de nuevo.

Diez de la noche, las puertas de palacio se abren para recibir con una hermosa melodía de trompetas y tambores que sus guardias formaban en pasillo, a la reina Elia, junto a su hija la princesa Lucía.

-          Ooooh!!!!  Asombraron todos los invitados.

Mientras la cena, Elia se dirigió hacia su hija y la dijo:

-          Gracias Lucía por todo lo que has hecho por mi durante todo estos años, esta siendo una noche increíble y más de lo que yo esperaba que fuera, pero quiero que sepas que esta es la ultima oportunidad que va a volver haber para mi, las demás quiero que sean para que tu encuentres a alguien especial, eres hermosa, bella, no solo por fuera sino con un gran corazón como tu padre, es por ello que lo que yo también quiero más que a mi propia vida es tu felicidad. Asique hoy terminará mi cuento de hadas.

Lucía muy tranquila y segura de si misma, y de que su madre esta noche iba a encontrar a su nuevo amor, respondió:

-          Vale madre, yo también consideró que debe ser tu última noche y tú ultima oportunidad. Pero con una condición no cierres las puertas a nadie y disfruta como no has hecho en todos estos años.


-          Así será hija.


Tras el banquete todos los invitados, como si de un trofeo se tratase se acercaron a darle regalos a la reina entre ellos, joyas, dinero, objetos de valor, cartas de amor... pero solo uno de ellos y el más apuesto como opinión personal de la princesa. Este se acercó a su madre y la dijo:

-          Yo te regalo, un baile.


La reina acepto.  Bailando con el apuesto hombre en los jardines, sentía frío por todo el cuerpo a lo que el hombre le dijo que eso no era un problema que el tenia lo solución. Tapándola los ojos, la llevo a una de las habitaciones que se encontraban en la parte baja del palacio y le mostró un abrigo largo con capucha y mangas anchas, pero no de cualquier material, sino con un trozo de cada una de las pieles de los animales que existían en el planeta, toda clase de pieles. La comentó que era un abrigo muy especial porque no solo era hecho por ese material sino que era especialmente hecho por y para ella, que nunca nadie podría ponérselo porque si no este se rompería en mil pedazos.

Elia asombrada por el hombre, por el regalo, o más bien los detalles constantes que ha tenido con ella esta noche, sintió un especial  flechazo inesperado totalmente. Había vuelto a sentir esas mariposas que hacía años que no encontraba en su estómago, había vuelto a sonreír al lado de otro hombre.

Pasada la noche, el baile, la magia... y amaneciendo con el canto de los gallos, la princesa Lucía y Elia, se reunieron en los aposentos de la reina para comentar la noche. Mientras Lucia escuchaba el relato de su madre y observaba aquel abrigo tan bonito, sentía en los ojos de su madre lágrimas escondidas.


-          ¿Qué sucede madre, porque tienes los ojos bañados en lágrimas?

-          Nunca pensé volver a enamorarme y menos en este banquete y en este día

-          ¿Y cual es el problema?

-          No se si le volveré a ver


Según dijo esas palabras, entró una de las damas en la habitación informando que había alguien abajo que preguntaba por la reina Elia.

Se puso una bata y bajo corriendo, ¿Quién estaba abajo esperándola? El hombre apuesto del que se enamoro, el cual le rodeó con los brazos y le dijo que había una cosa más que no le había comentado que tenía el abrigo y es que con una lagrima de ella que en el cállese, el sentiría la llamada de volver junto a ella.

Asique como bien suelen acabar los cuentos de princesa, de reyes, de magia... la princesa Elia se volvió a casar muy feliz y enamorada, pero bien es cierto que teniendo siempre en corazón al padre de su hija.
Lucia, la princesa Lucia, ella tan bella por dentro como por fuera, no terminó sola el día de la boda de su madre, sintió un flechazo con uno de los príncipes del reino vecino.

Pero podríamos decir que esa ya es otra historia llena de magia y felicidad.



He creído oportuno que no sea un rey el que busca a una mujer, como suele ser típico en todos los cuentos, sino al contrario, y he considerado no meter que un rey se casa con su hija ya que no lo creo propio para niños tan pequeños. Y he querido poner un final abierto, en donde los niños se queden con ganas de crear su propia historia de amor de la princesa.

2 comentarios:

  1. Es el primer cuento que realice de toda clase de pieles, pero como prácticamente no era válido, lo he dejado como creación propia y he realizado uno nuevo.

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  2. :) Te lo anoto como voluntario porque, como cuento, es muy bonito.

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